Si bien morder es bastante común en los niños pequeños, este hábito suele preocupar a los adultos. Un familiar o un compañero de juegos o de clases en la guardería o la escuela puede sufrir la mordedura, que puede resultar dolorosa y terrible, molestando a los demás niños y haciendo enojar a maestros y otros adultos.
El hábito de morder suele tener su causa en uno de estos cuatro factores:
- Mordedura experimental
Las mordeduras experimentales son aquellas ocasionadas por los lactantes y los niños que comienzan a caminar, a medida que exploran el mundo. Se ponen todo en la boca y a veces muerden en el proceso. Puede ayudarle a abandonar el hábito diciéndole con firmeza: "No. ¡Las mordeduras duelen!" Ofrézcale cosas que pueda morder en forma segura, como los mordillos.
- Mordedura por frustración
La mordedura por frustración ocurre cuando los niños pequeños se frustran y no pueden manejar una situación. Hasta que aprendan a jugar en forma cooperativa, pueden responder a las demandas de otros niños con golpes o mordeduras. Algunas pautas útiles para reducir este tipo de mordeduras incluyen:
- Mantenga los períodos de juego breves y los grupos pequeños.
- Supervise de cerca el juego de los niños pequeños.
- Si su hijo muerde a alguien, diga: "No, no muerdas. Las mordeduras duelen." y apártelo de la situación inmediatamente. Quédese con su hijo y ayúdelo a calmarse. Explore otras formas mejores de manejar la situación con su hijo, para que aprenda a manejar las emociones de otra manera la próxima vez.
- Mordedura de impotencia
La mordedura de impotencia ocurre cuando su hijo necesita sentirse poderoso. A veces, el niño más pequeño de la familia utiliza el hábito de morder para obtener poder. Para ayudar a prevenir este tipo de mordeduras:
- Asegúrese de que su hijo se sienta protegido y los demás no estén siempre "molestándolo".
- Explique la situación a los niños mayores y pídales ayuda para hacer las cosas más equitativas.
- Si se produce una mordedura, dígale a su hijo que no debe morder y apártelo de la situación inmediatamente. Quédese con su hijo y ayúdelo a calmarse. Explore otras formas mejores de manejar la situación con su hijo, para que aprenda a manejar las emociones de otra manera la próxima vez.
- Mordedura por estrés
Las mordeduras por estrés ocurren cuando un niño está bajo mucha presión emocional. La mordedura puede ser un signo de sufrimiento o dolor cuando el niño está molesto o enojado. Si ocurre:
- Intente averiguar qué es lo que está molestando a su hijo. Observe qué sucede justo antes de que ocurra la mordedura.
- Ayúdelo a encontrar otras maneras de expresar sus sentimientos. Hágale saber que morder está mal y apártelo de la situación inmediatamente.
Si su hijo muerde, responda con firmeza y calma. Hágale saber que desaprueba el hábito y apártelo de la situación. Ayúdelo a aprender nuevas maneras de manejar las cosas. Si su hijo muerde en forma reiterada, asegúrese de consultar al médico de su hijo o a un profesional de la salud sobre el problema.
Fuente: University of Virginia |