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Las tareas que no se delegan en la nana
por Ana Maria Egert R.

Cansada pero con energía

Estar presente cuando los hijos despiertan, arroparlos antes de que se duerman, leerles cuentos y jugar con ellos son tareas indelegables de los padres. Aunque lleguen agotados del trabajo y lo único que quieran sea desconectarse del mundo. Pero no es todo. Sólo ellos son los encargados de formarles hábitos, fijar los límites, autorizar permisos y entregarles valores, como el respeto a su nana. Ésta, en tanto, aparte de los quehaceres de la casa, tiene una única misión respecto de los niños: recordarles que deben cumplir las órdenes de los papás. Mal que mal, ella es la segunda de a bordo y no la que dirige el barco.

Perdido a la deriva

Suele ser territorio accidentado, de límites poco claros, por donde se avanza más por intuición que por conocimiento. Pero si en esta relación papás-nana caminar sin brújula es difícil para todos, más lo es para la nana. "Porque nadie enseña a serlo, no existe ese oficio", señala la sicóloga clínica Irene Astaburuaga. Y la situación también es dramática, mirada desde el otro ángulo, el de los padres, que deben partir al trabajo dejando a sus hijos en manos de alguien que no es de la familia.

Opinan las expertas

Consultadas sobre este tema, Irene Astaburuaga, la sicóloga de la Universidad Católica , Neva Milicic y la neurosiquiatra, Amanda Céspedes, dedicadas al área infantil, entregan algunas pautas para que esta relación funcione, favoreciendo principalmente a los niños, que son los más vulnerables. Pautas, eso sí, advierten, que no siempre hay que aplicarlas al pie de la letra, porque cada realidad es distinta. Diferente es si se trata de una pareja joven con un bebé, o una mayor con niños más grandes, o de cómo es la nana, cuánto tiempo lleva en la casa, cuán involucrada está con esa familia y la confianza que se ha depositado en ella.

Las cosas claras

Lo que corre para todas, en el caso de esta última, es que su función debe ser siempre complementaria a la de la dueña de casa y nunca su reemplazante.

Al respecto, dice Neva Milicic: "Los hijos tienen que sentir a sus padres como sus figuras principales, y a la nana, como alguien que los ayuda, pero sin sustituirlos, como a veces lo descubro en los dibujos de familia que hacen ellos, en que colocan a su nana del mismo porte o más grande, incluso, que a su mamá".

Nana o asesora del hogar: hacer la diferencia.

Sobre lo que los papás sí pueden delegar en ella, dice: "Es todo lo que está alrededor de los niños, como el aseo de la casa, el lavado, planchado y la preparación de la comida. Eso permite a la madre, liberada de estas funciones, dedicarles todo su tiempo disponible, tan escaso a veces. Y no sólo para hacerles cosas como bañarlos o vigilar sus tareas, sino reforzar con ellos el vínculo amoroso de la manera más efusiva y explícita posible".

En relación con las funciones que sólo les competen a los padres - salvo excepciones, porque esto no se trata de un ritual que deba cumplirse rígidamente- las especialistas las separan por áreas y grupos de edad.

Cuidado del recién nacido

Durante el postnatal, casi todas las tareas que se relacionan con el recién nacido tienen que ser realizadas por la madre, advierte Irene Astaburuaga. "Es la etapa en que se establece el vínculo madre-hijo, a través del contacto amoroso y permanente. La mamá, además, debe preocuparse de las medidas higiénicas que rodean al niño, para evitar infecciones que a esa edad pueden ser fatales.

Aprender a enseñar

En ese período, la nana ­mirando a esta mamá que es su modelo, y orientada y supervisada por ella­ tendrá que ir aprendiendo cómo deberá cuidar al bebé una vez que se haga cargo, incluyendo las expresiones de cariño con que debe tratarla cuando llora y necesita que la acunen. Por eso, buscar a una persona de confianza y con anticipación es fundamental, porque no se puede dejar a un niño pequeño en manos de una desconocida. En vez de eso, una sala cuna es más adecuada".

Nace y se mantiene el vinculo

Amanda Céspedes coincide: "Hay una tarea primaria desde que se nace, que es la de relacionarse con los otros seres humanos a través de la vinculación con la madre, lo que nos permite aprender a creer que los demás son protectores, amables y confiables. Por lo tanto, una vez que la mamá vuelve al trabajo, la tarea de la nana es mantener esta capacidad de vinculación del niño. Y eso se logra si lo atiende cuando lo solicita, evitando así la negligencia o el abuso. Lo primero se da, por ejemplo, cuando en vez de acudir a su llanto, lo deja conectado al televisor. Y lo segundo, si lo reta si no quiere dormir".

No dejar para ultima hora
El sueño y el baño

Cuando el niño despierta, dice Neva Milicic, "la presencia de los padres es indelegable, salvo si el horario de trabajo lo hace imposible. Es básico que estén allí para darle la mamadera si es pequeño o preocuparse del desayuno si es más grande. Es el primer encuentro del día, en el que hay que darse tiempo para saludarlo con un beso y saber cómo se encuentra, aunque eso implique levantarse media hora antes. Y si el niño amanece de mal genio, como ocurre con la mayoría de la gente, lo mejor es darle tiempo para que se ponga simpático o dejarle un despertador para que se enoje con el reloj y no con sus padres".

Hemisferio de los afectos

También hay que estar al final del día. "El hemisferio derecho del cerebro, el de la afectividad, sigue funcionando en la noche. Por eso es bueno que el niño se duerma arropado por sus papás, sintiéndose querido y seguro. La despedida de las buenas noches vale para cualquier edad. De ahí que no sean buenas las peleas a esa hora. Lo mejor es postergarlas o esperar al menos diez minutos después de que ésta terminó para que el niño se acueste tranquilo".

Los excesos son los malos.

Concede que si los papás están invitados a una comida pueden ser reemplazados por la nana. "Ahora, si tienes todos los días comidas, entonces, arréglatelas para llegar más tarde a la invitación, despídete de tus hijos y deja a los más chiquititos dormidos".

Ritual del dormir.

En relación con el despertar, Amanda Céspedes opina: "Si se trata de un preescolar y los padres entran temprano a trabajar, es preferible dejarlo dormir un poco más, hasta las ocho y encomendárselo a la nana". Lo que sí considera indelegable es acompañarlo hasta que se duerma. "Junto al baño y la comida, es una instancia de intimidad y vinculación que sólo con los padres se puede vivir y que refuerza en el niño el sentirse protegido y en un mundo seguro, lo que se refleja en su carita: se ve sereno, plácido y alegre". Explica que el momento antes de dormirse produce un poco de angustia en el niño, sobre todo en el más pequeño. "Inicia un viaje del cual no tiene conciencia, va a una comarca desconocida, quedando inerme y sin saber qué le pasará allí".

Irene Astaburuaga estima que estar al lado de los hijos cuando ya están en la cama "es una tarea súper bonita y enriquecedora, el momento ideal para conversar con ellos, saber qué les pasó en el día, leerles o contarles un cuento. Pero no hay que esclavizarse tanto. Una salida de los padres en la noche no afectará al niño si queda a cargo de una nana de confianza y está convencido de que el vínculo con sus padres es indestructible".

Baño no es aseo sino desarrollo

Otra función de los padres es encargarse del baño. Amanda Céspedes destaca: "Por muy ejecutiva que sea la madre, por muchos compromisos que tenga, no puede vivir pidiéndole a su nana que la reemplace porque llegará tarde y cansada". Para Neva Milicic, el baño es una delicia en la niñez, una instancia rodeada de juegos y gran cercanía afectiva con los papás. Pero como es un momento de mucha intimidad, sólo ellos, y eventualmente una nana de mucha confianza, deben hacerse cargo. "A mí me ha tocado ver casos de niños que han sido erotizados por contactos inapropiados en sus zonas genitales, muchas veces a edades en que no saben hablar", advierte esta sicóloga.

Control médico y nutrición

Sobre quién debe encargarse de la salud del niño, Irene Astaburuaga es taxativa: esta tarea les compete a los papás, "porque ellos deben encargarse de su historia. Si el doctor habla con la nana, ¿cómo les transmitirá ella la información?". Amanda Céspedes está de acuerdo: si ocasionalmente los padres no pueden llevarlo, deben ser reemplazados por la abuelita u otro pariente cercano. "Y esto, porque durante la consulta el pediatra hace una labor educativa, con miles de detallitos sutiles que captar, como la nutrición. Sé de mamás que dejan en la nana la decisión sobre qué hacer de comer, porque ellas no tienen tiempo, están cansadas, sin imaginación. Y cuando una les pregunta a esos niños qué han comido en la semana, muchos responden que salchichas con puré o papas fritas, porque es lo más fácil de preparar y del gusto de la mayoría. Son los padres los que deberían planificar un menú equilibrado y restringir al mínimo el consumo de golosinas. Es la forma de prevenir la obesidad infantil".

Neva Milicic les recomienda a los papás que traten de comer a alguna hora con sus hijos. "La mesa y el mantel tienen un significado familiar en todas las religiones. Debe ser un espacio de agrado y no de puros llamados de atención, aunque los niños dan margen para eso. Yo autorizo una o dos correcciones máximo".

Juegos

Un aspecto importante que los padres hacen poco es jugar con sus hijos, denuncia Neva Milicic. "Grave, porque es el camino natural para comunicarse con ellos. Una tarea que también la nana puede asumir, pero los protagonistas fundamentales son los papás".

Jugar es parte del desarrollo de los niños.

Amanda Céspedes dice que de esta actividad nunca los papás deberían marginarse. "Si jugar es importante a toda edad, más lo es para los preescolares. Contarles o leerles historias, hacer rondas y dibujar con ellos estimula su imaginación y su capacidad oral". El televisor, en cambio, no es un buen compañero. "Pero muchas nanas, atareadas con los otros quehaceres, optan por encenderlo y así mantenerlos seguros en la casa. Los papás tienen que explicarles a los niños que existe un horario de televisión que ellos controlarán por teléfono y que la nana también se encargará de recordar. La mayoría acata la orden y, si no es así el televisor se guarda y sólo reaparece los fines de semana".

Permisos

Traer amigos a la casa o visitar la de ellos es otro tema problemático. Amanda Céspedes señala que en ambas situaciones los papás son los únicos que pueden dar su autorización a través del teléfono si no hubo aviso previo. "Una regla que en Chile está dejada de lado; los niños llegan con otros chicos, sin avisarle a nadie, y los padres, al volver del trabajo, se enteran de que jugaron a policías y bandidos con los cuchillos de la cocina o encuentran el refrigerador desvalijado".

Tareas y otros hábitos

Si hay algo que estresa a los padres es ocuparse de las tareas escolares. Pero tienen que asumir que esta función les compete a ellos y "sólo ocasionalmente pueden ser reemplazados por la nana en el caso de los más chiquititos", dice Neva Milicic. "Lo importante es que desde pequeños hagan sus tareas con ánimo positivo para que asocien aprendizaje con agrado y no con angustia. Eso hay que explicárselo a la nana. Desde la oficina, los papás deben controlar que el horario prefijado se cumpla y revisar cuadernos y lecciones al llegar del trabajo".

Las tareas son para el niño solo corresponde vigilar el cumplimiento

Para Amanda Céspedes, si la nana está preparada, puede ayudar, pero lo habitual es que no tenga la educación ni el método y termine dando coscorrones al niño. "Lo ideal es que el hábito de estudio se forme en segundo básico y el hijo se vuelva autónomo tempranamente. El papel de la nana será recordar que llegó la hora de las tareas y, cuando el niño termine, premiarlo con una golosina. De los padres, verificar si la norma se cumplió". Pero si las tareas son responsabilidad de los papás, también lo son la formación de otros hábitos, la entrega de valores y la enseñanza de conductas, las que deben ser retroalimentadas, dice Irene Astaburuaga. "Felicitarlo por lo que hizo, alabarle sus progresos es algo que nunca una nana podrá hacer tan bien como los padres".

Reglas con la nana

Para trabajar tranquilos las especialistas aconsejan:

Buscar la persona más confiable para que se haga cargo de los hijos y hacer que se sienta integrada y querida. Sin duda ella retribuirá la confianza, encariñándose con la familia.

Enseñarle cuál es el sistema en la casa, sobre todo el cuidado de los niños. Si ella entiende las reglas y las puede cumplir, se transformará en la mejor aliada.

Verificar constantemente cómo hace su trabajo.

Evitar ser maniáticos con la limpieza, tanto de la casa como de los niños. Si los hijos están bien, el aseo no es lo primordial.

Si los dueños de casa tratan bien a su nana no sólo cumplen con su deber de ser solidarios y justos, sino también están enseñando a sus hijos que ella merece cariño y respeto. Además, la verán como a una autoridad que los secunda mientras están en la oficina.

Copiado textualmente, solo se agregaron algunos títulos y figuras.

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